Universitario se siente tan bien en el Monumental que cuando le dan una mínima ventaja termina goleando. Sucede casi siempre con los equipos chicos y si bien el Sport Huancayo fue insolente en buena parte del primer tiempo, los errores hicieron presa del visitante y lo llevó a perder por goleada. Fue un 4-1 que dolió en La Incontrastable y apaciguó a la Trinchera.
El planteamiento que presentó el técnico Cubilla favoreció a la "U". Es cierto que logró maniatar a la volante crema durante varios minutos, sobre todo porque los de Ate se mostraron erráticos en el servicio y sin ideas. Estaban como los barristas de la Trinchera, buscando la bandera sin tener un plan establecido. Hasta que vinieron los tres minutos fatales para Cisneros.
Fue cuando Revoredo cobró un tiro libre desde la izquierda. La mandó al punto de penal y allí saltó Perillo para meterla de nuca. Fue tan fortuito como encontrar un celular en el taxi. Igual celebró.
Pero lo más increíble vendría después. Cisneros quiso pegarle de tres dedos y le salió con el juanete. Su servicio fue tan malo que cayó en los pies de Gary Correa. El volante amagó de un lado a otro y cuando vio a Labarthe se la puso justa. El hijo del "Chino" aseguró el 2-0 y se fueron al descanso.
Para el segundo tiempo, el Sport Huancayo se desprotegió como el cura Alberto en Miami. Primero fue Carmona con una corrida de treinta metros. Apretó el acelerador y cuando salía Cisneros, tan asustado como cuy en tómbola, la clavó.
La "U" ganaba tres a cero jugando a media máquina y mientras los huancaínos se recriminaban, Revoredo volvió a centrar. Esta vez por derecha y Labarthe cabeceó como se debe. Cuarto gol y seguro Ramírez Cubas tuvo sentimientos encontrados. Por un lado, sintió pena por sus jugadores y, por otro, lo invadió la revancha.
Mientras tanto, Perillo fallaba como alumno de academia, el juez botaba a Balarezo y Huerta ponía el descuento para lavar la vergüenza de su técnico paraguayo.
La "U" tuvo al menos noventa minutos para sonreír. Sobre todo ahora que los sueldos demoran.
El planteamiento que presentó el técnico Cubilla favoreció a la "U". Es cierto que logró maniatar a la volante crema durante varios minutos, sobre todo porque los de Ate se mostraron erráticos en el servicio y sin ideas. Estaban como los barristas de la Trinchera, buscando la bandera sin tener un plan establecido. Hasta que vinieron los tres minutos fatales para Cisneros.
Fue cuando Revoredo cobró un tiro libre desde la izquierda. La mandó al punto de penal y allí saltó Perillo para meterla de nuca. Fue tan fortuito como encontrar un celular en el taxi. Igual celebró.
Pero lo más increíble vendría después. Cisneros quiso pegarle de tres dedos y le salió con el juanete. Su servicio fue tan malo que cayó en los pies de Gary Correa. El volante amagó de un lado a otro y cuando vio a Labarthe se la puso justa. El hijo del "Chino" aseguró el 2-0 y se fueron al descanso.
Para el segundo tiempo, el Sport Huancayo se desprotegió como el cura Alberto en Miami. Primero fue Carmona con una corrida de treinta metros. Apretó el acelerador y cuando salía Cisneros, tan asustado como cuy en tómbola, la clavó.
La "U" ganaba tres a cero jugando a media máquina y mientras los huancaínos se recriminaban, Revoredo volvió a centrar. Esta vez por derecha y Labarthe cabeceó como se debe. Cuarto gol y seguro Ramírez Cubas tuvo sentimientos encontrados. Por un lado, sintió pena por sus jugadores y, por otro, lo invadió la revancha.
Mientras tanto, Perillo fallaba como alumno de academia, el juez botaba a Balarezo y Huerta ponía el descuento para lavar la vergüenza de su técnico paraguayo.
La "U" tuvo al menos noventa minutos para sonreír. Sobre todo ahora que los sueldos demoran.
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